Enfado, un secuestro emocional
¿Alguna vez te has enfadado muchísimo de forma absolutamente incontrolada? Entonces, has tenido un episodio de secuestro emocional.
¿Qué es un secuestro emocional?
Hace años cuando leí el libro «Inteligencia Emocional» de Goleman aprendí qué era eso del secuestro emocional . Descubrí quien era la responsable de ello, la amígdala (nuestra memoria emocional).
La historia está almacenada en nuestro sistema límbico (del que forma parte la amígdala) junto al reptilano forman nuestro cerebro emocional. Estos se desarrollaron antes que nuestro cerebro racional (neocórtex). El reptiliano se encarga de los instintos básicos de supervivencia, el límbico de la afectividad, procesa emociones como la pena y la alegría. Por último el racional permite la forma de pensar abstracta y más allá del momento presente, las relaciones globales y, a su vez, el desarrollo de un yo más consciente.
Claro, volviendo a ese descontrolado enfado, ese que te hace reaccionar en ocasiones con mayor intensidad aunque cuando lo piensas (pasas por el neocórtex) resulta, ¿sabes qué? ¡no era para tanto!. ¿Por qué entonces salen de tu boca esas palabras que luego deseas tragarte? Esa reacción (pensamientos y emociones) viene originada de respuestas grabadas en el cerebro, aprendidas como consecuencia de acontecimientos pasados, mayoritariamente en la infancia. A veces el hecho actual vagamente se parece al original, aunque si es suficientemente similar la sensación para generar la activación de la amígdala.
Los recuerdos emocionales más intensos proceden habitualmente de los primeros años de vida y la relación con las personas que nos criaron. Esa es la razón de algunas respuestas algo «infantiles» cuando estamos tremendamente enojados. Dado que entonces no teníamos suficiente madurez para gestionar algunas situaciones, no pudimos establecer estrategias y solo tomamos conciencia de ellas cuando «como por arte de magia» entramos en la misma sensación.
Mi enfado, un secuestro emocional
En los últimos días volví a vivir una de estas situaciones, me enfadé hasta el punto de no pensar. Por cierto, si, yo también me enfado, lo comentaba las pasadas semanas en las redes. Y quien diga que jamás, jamás se enfada, juzga o siempre tiene un comportamiento impecable, perdonadme, ¡no me lo creo!
Que sea coach, además de muchos años en el desarrollo personal, me posibilita a reflexionar más, a tener más herramientas, a evitar estas situaciones mayor número de veces. Ahora bien, en ningún caso supone que yo esté por encima del resto de humanos, para nada. Como tú, aunque sea en escasas ocasiones, también alguna vez una emoción me ha descolocado. Dicho de otro modo, puede que tú que me lees entres en esta dinámica veinte veces y yo únicamente dos. Eso es porque en las otras dieciocho puse en práctica mis habilidades. Solo en dos de ellas, simplemente, se apoderaron de mi vivencias más inconscientes y profundas que me fueron difíciles manejar.
¿Qué quiero decirte con esto? Muy fácil, tomar conciencia, aprender nuevas habilidades y de cada experiencia te hará ir mejorando. Dentro de poco tú también tendrás menos secuestros, estoy segura.
Y ahora es probable te estés diciendo: vale Susana, ¿y cómo aprendo para evitarlo? Como te comentaba en realidad es una respuesta interna, tan profunda en nuestro mapa emocional que muchas veces no somos conscientes de ello. Es decir, no nos enfadamos por qué sucede en ese instante, sino por la interpretación de ese hecho. Quiero que entiendas, la interpretación es completamente subjetiva, es tuya.
¿Cómo actuar ante uno de estos episodios?
¿Qué hacer con todo esto? Lo primero de ello, si lo has entendido bien, es espabila para evitar en la medida de lo posible hacer vivir lo mismo a tus hijos u otras personas a tu cargo.
Con respecto a ti, la mejor opción es tomar conciencia de cuál fue la situación que disparó el enfado, buscar en ti la fuente y resolverlo si puedes. Cuando eras pequeño, ¿te sentiste indefenso ante alguna situación?, ¿viviste algún hecho con miedo? Me refiero a hechos que vistos ahora pueden parecer insignificantes aunque tu viviencia interior, como niño, los tiene registrados y grabados con un dolor emocional. ¿Cómo detectarlos? Como decía uno de mis colaboradores, notas que te recorre el cuerpo esa sensación de estallar. ¿Qué puedes hacer?, ser consciente de ello. La única forma para modificar algo es ser consciente qué sucede y empezar a mirar más qué ha pasado, saliendo de nuestra interpretación.
Aunque la repetición te dirá cuál es el patrón, un camino interesante es pararte a respirar (si te da tiempo claro) y frenar la sensación ya que ahora sabes que es del pasado y no del presente. Realmente suena fácil de decir, mucho menos de hacer, ya sabes, a practicar.
Por otro lado te diré, a veces sucede ¿no? Llega y ¡zas!, te secuestra. Tampoco vas a flagelarte por ello. Somos humanos, estamos aprendiendo y creciendo. Vamos a procurar enfadarnos menos, ser más conscientes de esos momentos, aprender de ello. Ese es el camino.
Yo reconozco que, habitualmente, evito que esa parte de mi cerebro tome el control de mi y tener uno de esos secuestros. De hecho, hace mucho tiempo que recuerdo reaccionar con un enfado tan pasional y mostrarlo en el momento sin mediar una toma de conciencia tal como te comentaba. Esta vez lo hice, por eso me propuse encontrar ese clic en mi interior y lo conseguí. Te propongo, aprender de ello y buscar el conflicto interno que lo dispara.
_____________________________________________________________________________________________________AUTORA
   

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hay alguna técnica para tomar conciencia de estos conflicto internos? para poder reconocerlos y manejarlos mejor?
Disculpa la tardanza Carmen, hubo un problema en el servidor. ç
En cuanto a tu pregunta, el hecho real es que somos conscientes de la sombra cuando se muestra y se deja ver, mientras sigue estando en la sombra nos maneja a su antojo.
¿Qué más sucede? Que la misma respuesta, el mismo conflicto interno, se muestra más de una vez, son los patrones que vamos repitiendo si no tomamos parte activa en cambiar. Es más fácil estudiar hasta el mínimo detalle cuando sucede una vez para tomar actitudes distintas en siguientes veces.
Por ejemplo: Si alguien hace algo y tú te sientes mal con esa persona, revisa qué emociones se despiertan en ti, de dónde proceden, tu reacción está en consonancia con el hecho en si, cuál es tu interpretación, cuál es el hecho. Es un registro paso a paso (te sugiero escribir en papel) sobre qué sucede en ti cuando… Siendo ese cuando algo que te suceda y entre en conflicto contigo.
Cuanto más sepas podrás tomar el punto de inflexión donde eso te hace sentir mal para tomar otra actitud (previa o en ese momento) para no volver a repetir el mismo patrón las siguientes veces que se te presente una situación similar.
Esto requiere estar muy atentos y conscientes a nuestras formas de actuar y en disposición de practicar muchas veces.
Espero que eso responda a tu pregunta.
Un saludo
Parece que hubo algún problema. Ya resuelto creo.