La creencia que transformó mi vida - Coaching de Familia Sistémico - Susana García Gutiérrez - Coach de familias monoparentales

La creencia que transformó mi vida

por / lunes, 08 marzo 2010 / Publicado enautoconocimiento, coaching, compromiso, creencias, mis experiencias

En ocasiones me pregunto de qué forma puedo transmitir a otras personas, compartir con ellas las riquezas que voy descubriendo en mi vida, aquellas que nada tienen que ver con el dinero, sin querer decir con esto que el dinero no tenga también su importancia.

Fui una niña tímida, ¡si bien a las personas que no me conocieron entonces les cuesta creerlo!
De jovencita escondí mi propia timidez y mis miedos tras el velo del trabajo, donde demostré una gran capacidad y alcancé cierto grado de “éxito”. Esto incluso mejoró con los años, haciéndose el velo más denso; así pues, la niña que habitaba en mi interior se volvía más y más invisible. Entretanto la vida seguía su curso. Una vida que podía considerarse “buena”: buen trabajo, buen sueldo, buenos amigos que me apreciaban, y una familia que siempre estuvo a mi lado, a pesar de que no con todos ellos lograra entenderme. Aunque interiormente sentía que algo en mí se estaba hundiendo. Procuré buscar opciones para salir del estado en que me encontraba, pues tomé conciencia de ese malestar conmigo misma. Seguía contando con el amor de aquellas personas que componían mi mundo, mas nadie parecía comprender qué me estaba sucediendo. Esto se tradujo en un sentimiento de soledad cuando emprendí la búsqueda. Y cómo no sentirme sola si el “objeto” de esa búsqueda era yo misma y sólo yo podría encontrarme. ¡Y lo logré!

De esta historia hace más de 15 años y aún tiemblo y sonrío al recordar que fui capaz de recorrer el camino para llegar a ser yo misma. ¿Sabes qué me ayudó? una creencia, la mejor que he tenido, la que potenció en mí la certeza de que había una forma de salir de ese estado porque no venimos a esta vida para sufrir, sino para disfrutar. Sabía que el camino estaba ahí, aunque yo no fuera capaz de verlo, y tan convencida estuve de ello que no me rendí hasta hallarlo.

A vosotros, mis queridos lectores, especialmente aquellos que os reconocéis en mi relato, os quiero decir que hay una SALIDA. Reconstruirse a uno mismo, edificar la propia vida, es una realidad posible. Se puede conseguir la tranquilidad interior, eso que algunos llaman “felicidad”. Ahora bien, esto no lo regalan. No lo conseguirás a través de una pastilla recetada por un médico, ni con el empujoncito que te dan cariñosamente los amigos, ni siquiera en el dinero que alguien pueda regalarte tratando de prestarte ayuda. Todo esto que acabo de mencionar viene de “fuera”, y el apoyo externo no funcionará por sí solo, el principal trabajo necesitas hacerlo tú, y desde dentro.¡Deja ya las excusas!, no encontrarás fuera lo que está dentro de ti.

¿Estás dispuesto/a a comprometerte con la tarea de buscarte a ti mismo/a? Respóndete desde el corazón, sin autoengaños.

Te contaré cómo comenzó mi búsqueda una vez que tomé conciencia de mi propio estado y de que necesitaba ayuda, comprometiéndome plenamente con mi proceso de cambio.

Este primer proceso no fue a través de los movimientos llamados “alternativos” o “novedosos” que fui conociendo más tarde. Además en ese momento lo principal era trabajar con mis bloqueos, lo que me permitiría mejorar posteriormente. Opté por el método convencional: la terapia de diván. Eso sí, consideré más sensato conocer primero qué clase de persona iba a indagar en mi vida; así pues elegí una profesional recomendada por alguien de mi absoluta confianza. Una vez que estuve sentada frente a ella, sentí de forma instintiva que era la psicóloga adecuada.

Después, una vez tomada la decisión, esto, amigos, no fue un camino de rosas. Es necesario tener valor para enfrentarnos con nuestros miedos más profundos y con nuestra sombra; y tener paciencia, mucha paciencia, pues aunque yo tengo una buena experiencia de aquella terapia (por dos razones: la buenísima profesional con la que trabajé y mi absoluto compromiso) tardé 8 meses en empezar a ver resultados y casi 2 años en alcanzar un estado satisfactorio para mí, pues era yo misma quien tenía que valorar mi evolución.

 

Durante este tiempo la vida seguía y yo muchas veces tenía que desplazarme a otras provincias por motivos de trabajo, con horarios nada cómodos. Había semanas en las que trabajaba de lunes a viernes fuera de mi lugar de residencia , a pesar de ello no dejé de asistir a las sesiones los viernes por la tarde y el sábado; por lo que el resto del fin de semana ya sólo me quedaba tiempo para la casa y la maleta.

 

Todo esto tenía un coste: esfuerzo mental y personal, y por supuesto económico. Algunas personas de mi entorno pensaban que era mucho el dinero que invertía, aunque yo lo mido por el resultado final. En definitiva elegí gastarlo en algo que cambiase mi vida para siempre; una opción mejor que comprarme un coche nuevo o una plaza de garaje que sólo me aportarían comodidades materiales. Y ahora sé que lo escogido fue la mejor inversión que he hecho en mi vida , pues supuso el primer paso para dejar atrás a esa persona que yo no quería ser y convertirme en la que soy ahora y de la cual me siento plenamente orgullosa.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y en el transcurso de los años descubrí otros procesos y técnicas; me dediqué a estudiar y aprender y, lo más importante, antes que a otras personas me apliqué los conocimientos adquiridos. Comprendí entonces el significado de la frase “se ha hecho a sí misma”.

Una vez reconstruida, tomé conciencia de algo sumamente importante: el camino no había terminado. Aún vendrían momentos difíciles que supondrían oportunidades de crecer y cambiar, y los he aprovechado. Unos han sido más duros que otros, aunque siempre me acompañó la firme convicción: “puedo superarlo, encontraré la manera”.

Un día descubrí la forma de comunicar a los demás aquello que yo aprendí en ese tiempo, y me hice terapeuta y coach. Terapeuta para acompañar a otros en el proceso de profundizar en su interior, y de este modo dejar que se manifestara el niño que llevamos dentro; quien proporciona alegría, creatividad y una gran cantidad de energía. Eso sí, desde otras perspectivas. Y coach para trabajar con sus “sueños”, pues si yo he cumplido muchos de los míos puedo apoyar a otros a que consigan los suyos, y con un valor añadido, pues en el caso del coaching, el proceso lleva implícito mejorar, conocerse, adquirir práctica en el manejo de la propia vida y crearse nuevamente, eligiendo cómo ser y vivir a partir de ahora, dejando atrás el pasado.

Como coach he encontrado una ventaja extra: ¡este proceso sólo abarca de 3 a 6 meses!.
¿No te parece una gran oportunidad?. Si en ese espacio de tiempo puedes transformar tu conciencia para empezar a cambiar tu vida, ¿qué te impide hacerlo?.
Si puedes responder a esta pregunta honestamente, desde el corazón, me bastará para saber que te has movido aunque sea sólo un milímetro. Si además de contestarla eres capaz de hacer algo para salir de tu situación actual, entonces contarte esta historia habrá merecido la pena.

“El placer de alcanzar la paz interior es un premio que sólo se alcanza con tu compromiso”.

¿Tú harías lo mismo que yo para darle sentido a tu vida?

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AUTORA

    Susana García - imagen circularSusana García Gutiérrez, Formadora y Coach de Familia-Educativo Sistémico,  fundadora de “Familia y coaching”, Fundadora y directora de Centro FAMES (Centro de Formación para la Familia y la Escuela). Es 1ª Coach de Familias Monoparentales en España. Co-fundadora de AECOFAME (Asociación Española de Coaching de Familia y Educativo) y su primera presidenta 2010-13    

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5 Responses to “La creencia que transformó mi vida”

  1. Muchas gracias Susana. Demuestras mucha generosidad al compartir parte de tu historia. Y así, ya ayudas a mucha gente. Un abrazo.

  2. ¡Gracias Alberto! Espero que si, que aquellos que puedan tener dudas de encontrar la salida sepan que está ahí.
    Un abrazo.

  3. Pablo dice: Responder

    Gracias Susana por contarnos tu historia la mia esque estoy en 3 de la eso y saco 4 o 3 con un 5 suelo estar contento por decirlo asi porque aprobe pero esque yo soy de los que esta 5h delante del libro y me cuesta aprovechar todo ese tiempo.Un saludo, porfa dime que opinas.

    • Susana Garcia dice: Responder

      Hola Pablo. Gracias por tu comentario.
      Imagino lo frustrante que puede ser estar horas estudiando sin obtener los resultados que deseas. ¿Qué te puedo aportar?

      La primera pregunta que nos hacemos los coaches es ¿para qué hacemos lo que hacemos? Se que a tu edad es difícil ver un para qué a corto plazo, si encuentras un motivo para hacerlo el resto llega mucho más fácil: yo te diría, imagina cómo te sentirás con las asignaturas aprobadas? ¿cómo será el verano sin nada pendiente? ¿Crees que es una buena motivación?

      Por otro lado
      Revisa realmente si esas 5 horas son productivas para ti, que la atención sea plena.
      Además pregúntate si el lugar en el que estudias permite concentración, es más, preguntate qué necesitas tú que te ayude a concentrarte en el estudio. Elegir el lugar adecuado puede ser importante, incluso tener «algo» que te incite
      Una vez visto esto revisa cómo aprendes mejor: ¿estudiando sentado? ¿quizá necesitas leer en voz alta y escucharte? ¿o escribir parte de la información?

      Espero haberte aportado algo de valor.

      Un saludo.

  4. […] ese artículo que escribí sobre mis vivencias entonces y que puedes volver a leer en este enlace: “La creencia que transformó mi vida” La noche del viernes, después del congreso, mis socias y yo fuimos a celebrarlo. Yo, me tomé […]

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