Crear ilusión en los hijos esta noche
¿Por qué un artículo con el título «Crear ilusión en los hijos esta noche«? Pues porque hoy es noche de reyes, para mi una noche mágica y eso que soy una persona muy realista, claro que también soñadora.
¿Se puede ser realista y soñadora? Rotundamente si. Es cierto que las ilusiones, entendidas como querer cambiar algo que no está en tus manos, son la puerta para caerse con los avatares de la vida. Hablo de ilusiones como: podré cambiarle con los años (hablando de tu pareja), quiero que mis padres se reconcilien (cuando son ellos y no tú quienes tienen que quererlo), o situaciones similares.
Existe otra ilusión, la de dar y recibir, más allá del regalo físico, sino de la ilusión generada en la infancia de un día de recibir. Es cierto que se hace en formato de regalo, aunque si sabes hacerlo bien, al final los chicos entiende que tras ello existe el gran amor que reciben. Y, para equilibrar, aprender a dar, dar regalos y amor.
Seguro que alguno dice al leerme eso de: hay quien regala solo lo material, hay un exceso de regalos. Cierto, ¿de verdad me puedes decir que el problema está en haber comprado algo?, ¿incluso mucho? ¿No crees que el problema radica en «qué hay detrás» de ellos?, ¿qué has enseñado a tus hijos que hay tras ese regalo?
Yo recuerdo reyes como la mejor fiesta de todas las navidades. Durante años las otras dos fiestas me llamaron menos la atención, sobre todo porque alguien de mi edad no oía hablar de papá noel a este lado del atlántico. Aunque mis padres procuraron cumplir con las peticiones de mis cartas, no fueron realmente ellos quienes hicieron de este día algo tan especial como mis hermanos mayores.
Mi suerte en la vida ha sido llevarme muchos años con ellos, tantos como para haber tenido más carencias que yo. Hicieron que viviera aquello como algo especial, siempre con la idea de que hubiese algo que no sabías qué sería, que habían buscado y pateado para ese detalle inesperado que, aunque no había pedido, me encantaba. Y que hacía de esa noche todavía más especial, precisamente porque no era algo que yo hubiese pedido.
Cuando nació mi primera sobrina yo tenía 12 años, así es que perpetuamos esta ilusión mi hermana y yo juntas. Jamás me viste una noche de reyes salir por ahí con amigos, esa noche siempre estuvo reservada para mis niñas, después para mi hijo y compartida con ellas. Aún hoy, es noche para no salir, sino para crear ilusión. Nada hay ni habrá como ver las caras a la mañana siguiente cuando son muy pequeños. Y mucho mejor cuando al crecer cada uno le enseñamos a hacer lo mismo con quienes venían detrás, más pequeños que ellos. Ese ha sido parte de mi regalo, mi tiempo, estar con ellos como algo mucho más importante que salir de fiesta incluso en plena adolescencia o juventud.
Hemos creado la idea, el entorno de ilusión, más allá del regalo. La sensación de poder ilusionarse con lo especial y lo mágico. ¿Dónde estaba la magia? Algunas veces en juntar el dinero, aunque hubiese poco, y crear ideas y multitud de pequeños paquetes. Era el esfuerzo, el trabajo, las risas para esconderlos o comprarlos estando juntos, mientras unos corrían a pagar en caja mientras otros entretenían a los pequeños para no ser vistos. Era contarle a una de mis chicas lo especial que era y siempre sería, porque así es para nosotros. Es esa ilusión la que creo importante no perder.
Entiendo, aunque por todo lo contado no comparto, algunas ideas que he leído de algunos padres sobre decirles desde pequeños que no existen los reyes para no mentirles nunca. ¿Es una mentira? En mi opinión, depende cómo lo cuentes y cómo quieras generar esa ilusión. En mi caso ninguno de los chicos de mi familia, hoy todos ya mayores, sintió tristeza, pena o desilusión cuando se enteraron que eramos nosotros. Sobre todo, porque cuando lo hicieron eran suficientemente mayores y supimos preparar el salto para pasar de ser solo receptores de ilusión al paso siguiente, el de dar y recibir ilusión.
El regalo, para mi, es lo de menos. Es el esfuerzo por la búsqueda de ese algo especial para encontrar en casa, algo inesperado, es cuando te das cuenta que esa persona pensó en ti al comprarlo. ¡Eso es lo realmente importante!
Sinceramente, ¡creo que nos salió bien! Y esta es la razón por la que sigo apostando por esta forma de crear ilusión. No podía por menos que ser totalmente sistémica, un sano equilibrio entre dar y recibir.
Te deseo, de corazón, una muy feliz y mágica noche. Que los reyes, quienes quiera que sean, te colmen de regalos.
Susana García Gutiérrez, Coach de Familia Sistémico, fundadora de “Familia y coaching”, Co-fundadora de AECOFAME (Asociación Española de Coaching de Familia y Educativo) y su primera presidenta 2010-13. Fundadora y CEO de Centro FAMES (Centro de Formación para la Familia y la Escuela). Es 1ª Coach de Familias Monoparentales en España.
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