¿Vuelta a la normalidad?
Hoy mi hijo ha empezado el instituto y otros muchos niños empezaron el colegio el lunes. Y muchos padres sus pirarán diciendo: «por fin, volvemos a la normalidad». Más que normalidad, volvemos a ciertos hábitos que, en mayor o menor medida, nos ayudan a organizarnos la jornada. Esos mismos hábitos que estábamos deseando dejar al comienzo del verano.
Yo, siguiendo esta corriente, también quiero volver a retomar algunos hábitos. Entre ellos, a escribir este blog cada semana, dado que desde hace unos meses se caracteriza por mi silencio. Esto ha sido resultado de la intensidad de actividades de este año y un verano lleno de experiencias personales y profesionales.
En este arranque de curso, como vengo haciendo habitualmente, reviso cómo estoy y los cambios que deseo. No sé como es para ti. Para mi, septiembre es otro empiece de año, será porque tengo un hijo y la vida académica marca nuestros horarios y muchas de nuestras actividades. Es decir, igual que en enero hago revisión en ciertos niveles de mi vida, hago una profunda en el mes de septiembre. Así pues, ahora estoy en fase de reponer algunas costumbres y desechar otras.
Recuerdo el último libro de José Antonio Marina, La Inteligencia Ejecutiva, que se refiere a aquella capacidad (inteligencia) que gestiona el resto de inteligencias de las que disponemos, tomando como base la acción y el establecimiento de metas. Y en él escribe estas palabras:
«En el aprendizaje contamos con una formidable herramienta psicológica: los automatismos, los hábitos».
Por tanto, cuando queremos conseguir el objetivo de aprender una materia, necesitamos establecer hábitos que, a su vez, necesitan estar asentados en metas concretas y acciones determinadas para alcanzarlo. Eso, sin olvidar, que la práctica es la forma de convertir un hábito en un automatismo, un aprendizaje ya interiorizado.
Llegados a este punto. Si quieres volver a la normalidad, tu normalidad. Determina antes cuáles son tus objetivos, define las acciones para conseguirlos y diseña hábitos que te permitan tomar esas acciones. Después, entrena. El misterio es ese, los grandes logros tienen un momento de definición para centrarse en practicar, practicar y más practicar.
Por otro lado, si posees hábitos que inhiben esas acciones y te sacan del camino de tus objetivo, abandónalos. Suelta lastre para poder volar y llegar a vivir como deseas.
Elige de ellos cuáles van a formar parte de este inicio de curso y ¡adelante!
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