Cuestionar a padres y profesores es positivo
Cuestionar es poner en duda lo afirmado por alguien. De hecho, existen grandes cambios sociales que se han producido por un cuestionamiento de lo establecido: el fin de la esclavitud (al menos una parte porque eso es otro tema), el voto de la mujer, el divorcio, la atención a discapacitados,… Ahora mismo está sucediendo con los métodos educativos y la crianza.
Estos cambios vinieron porque alguien tenía un criterio e idea distinta sobre algo y se movilizaron para provocar un cambio. Igual sucede en la educación de los hijos y alumnos, que podemos ofrecerles nuestras ideas aunque es interesante dar el espacio para tener otras, porque lo importante es que creen su propio criterio evitando seguir a otros sin hacerse preguntas. Por esta razón creo que
cuestionar a padres y profesores es positivo.
En el coaching la palabra cuestionarse es un mantra, porque este proceso va asociado a un cambio y para este es necesario tener otras perspectivas de la vida, las situaciones, las emociones. Para tener otra visión distinta, o mejor, abrir el abanico de visiones el primer paso es hacerse preguntas, validar si aquello que «creo» es cierto siempre y en todo momento. ¿Y si hubiese otra manera de hacer las cosas?
Los padres tenemos una tarea con respecto a nuestros hijos más allá de amarles y es darles herramientas para soltarse de nuestra mano, para que se conviertan en personas independientes, sepan gestionarse y valerse por sí mismas. Una tarea desde luego que nos pide contínuamente estar alertas, estirar y aflojar el hilo que nos une, un trabajo permanente desde el momento en que nacen y que, en realidad, parece no acaba nunca aunque sí lo hace, una vez que tienen la capacidad de volar solos.
cuestionar abona el campo para crear el propio criterio
¿Cómo van a manejarse solos si no tienen un criterio propio? Según la cita que te propongo en esta imagen, enseña a tus hijos (y yo añado a tus alumnos) a cuestionar todo. Y en ese todo, tú como padre, madre, docente también estás incluído. Así pueden construir su criterio, a veces parecido al tuyo influenciado por tus valores; otras será distinto por la adquisición de nuevas experiencias.
El criterio es una capacidad aprendida, en base a las experiencias, que permite formarse opinión de las cosas y, a partir de ello, tomar decisiones. ¿Quieres que tus hijos aprendan a decidir en función de sí mismos en lugar de seguir a otros sin pensar? Potencia entonces el pensamiento crítico, para ello es imprescindible que dejen de creer porque sí y empiecen a hacerse preguntas.
cuestionar no significa llevar razón
Un inciso importante, cuestionar es un paso necesario para crear el propio criterio, ahora bien, eso no implica decir al otro como realizar su tarea, o pretender que cambie de opinión. Por lo que cuestionar a los padres o docentes en ningún caso permitirá faltar el respeto a la visión propia, juzgar o creerse en posesión de la verdad. Este acto de hacerse preguntas ha de perseguir abrir opciones no cambiar la tuya por la mía.
¿Qué pueden cuestionar? Hemos dicho todo aunque un paso interesante sería las creencias limitantes que hemos podido inculcarles durante todo ese proceso de acompañamiento mientras crecen, la mayoría de las veces sin darnos cuenta. ¿Qué es una creencia limitante? Una creencia es una visión «parcial» del mundo (ideas, situaciones, acontecimientos) en base a nuestras experiencias de vida, es parcial y sesgada porque es nuestra aunque vivida como totalidad, como una verdad absoluta o afirmación innegable, de ahí que se pueda convertir en limitante. Por tanto una creencia limitante es una visión de un aspecto de la vida que te frena, te limita para avanzar y crecer como persona e, incluso, te impide en muchas ocasiones conseguir objetivos.
cuestionar ideas heredadas permite crecer como persona
Te voy a poner ejemplos. Esta afirmación puede ser «real» para algunas personas porque es la creencia en algunos contextos familiares: «las mujeres decentes no salen por las noches por ahí solas». Esto, así expuesto, se convierte en limitante para las mujeres de esa familia. Y arrastrarán ese pensamiento discriminando las personas en función de ese pensamiento. Si lo llevas a la educación de muchos niños todavía: «los chicos no lloran», «si te portas mal no te va a querer nadie», «los números no se te dan bien», «eres demasiado bajito para jugar a baloncesto», «obedece sin rechistar», «come todo lo del plato hasta dejarlo vacío»,… y la lista podría ser larguísima.
Es habitual que muchas de estas creencias sean heredadas, de hecho ahí está su fuerza, porque cuando las cuestionas con el nuevo contexto de tu vida, muchas veces dejan de tener sentido. ¿Has dicho alguna vez eso de «hijo bebete el zumo rápido que pierde las vitaminas»? Yo si, montones de veces, hasta que viendo un programa se hizo un estudio y no las pierde en 10 o 12 horas. Desde entonces tengo la boca bien cerrada para esa situación.
A veces cuestionarse es un acto valiente, porque va en contra de muchas cosas que nos enseñaron nuestros padres, es como serles infieles, por lo que requiere un gran trabajo interior, un sentido positivo de auto-concepto. Otras, las información nos llega sin más, cambiando la visión que tenemos sobre algo o alguien.
Por esa razón es importante que dejemos a hijos y alumnos cuestionar nuestra forma de hacer las cosas, es su manera de confirmar si esas creencias son válidas para ellos o no. Así verifican esas afirmaciones y las incorporan a su idea del mundo, o bien las rechazan. En ocasiones nos van a comprar nuestras creencias, incluso aunque les limiten, somos sus padres y nos aman. De ahí que proporcionar, como educadores, el espacio para pensar diferente y expresarlo sea una prioridad.
cómo cuestionar se aprende
En resumen, la mayoría de nosotros disponemos de un arsenal de afirmaciones más o menos veraces en función de nuestra experiencia y educamos en función de esta. Que tus hijo o tu alumno cuestione solo significa que quiere verificar eso que le contaste. Pon atención menos en qué, más en cómo. La forma es importante, y eso también lo aprenden de nosotros. En la medida en la que les enseñemos a hacer este tipo de averiguaciones, a cómo hacerse las preguntas y exponer las opiniones derivadas, las actitudes para dar su punto de vista, ahí marcaremos la diferencia para dar permiso a cuestionar sin atacar, sino para comprender y ampliar las diversas visiones del mundo.
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Muy bueno enfoque. La certeza ni siempre es el mejor consejero.
Gracias Rafeek. Así es, parece que con los chicos todavía cuesta más ceder que con los adultos y es importante darse cuenta que ese es el camino.
Muy acertado Susana, realmente no hay mejor forma de salir de dudas que preguntar y cuestionar. Excelente aporte
Saludos
Gracias Freddy Orellana.